
En la vida, el ser humano, desde que nace hasta que muere; su vida va a ir acompañada o marcada por tristezas, alegrías e ilusiones. Más aun cuando se vive en la edad de la niñez-juventud que son etapas que de alguna u otra manera nos van a marcar a través del tiempo, donde se crece, se explora, se escudriña, se añora la libertad, saber el ¿Por qué? de las cosas que acontecen a nuestro alrededor, y en resumidas cuentas, nunca falta unas secuela que va a permitir la vivencia de un rumbo equivocado que sin duda alguna al pasar el tiempo dejaran huellas que marcaran nuestro comportamiento.
Tal es el caso de esta joven doncella, llamada PERSEFONE, que en la mitología griega era hija de ZEUS rey del Olimpo y de DEMETER, diosa de fecundidad de la tierra; esta inocente moza vivía en un bosque apartado del palacio. Ella todos los días como de costumbre salía a recorrer el bosque junto a sus amigas, retozaban y se perdían en tanta belleza natural; su mayor anhelo era recoger flores, le gustaba lavar su rostro con el agua cristalina de la cascada amaba la libertad, su infancia y juventud fue bastante alegre y divertida como en cualquier etapa de la vida cotidiana del ser humano.
Cabe destacar, que tanta alegría ilusión que ella transportaba en su rostro; de la noche a la mañana se convirtieron en un infierno a consecuencia de su rapto por el rey del inframundo (hades) este hombre quedo seducido de ver tanta belleza que la engullo por medio de una rosa y la traslado a su aposento. Diría yo, más bien sintió envidia hacia esa hermosura de doncella ¿Por qué? Era tan linda y rodeada de tanta belleza natural; qué siendo él un rey vivía en la oscuridad.
Este rapto conmocionó al Olimpo, ya que su madre (Deméter) al saber de lo acontecido se volvió como loca, sé olvido de todos sus quehaceres del palacio para ir en busca de su adorada hija, razón por la cual la tierra quedo paralizada devastada como cuando pasa un terremoto por un determinado lugar. Envista de esto Zeus padre de Perséfone viendo la tierra paralizada sale en búsqueda de la diosa de la fecundidad de la tierra (Deméter) Zeus se enfrenta con Hades, rey del inframundo y le pide que por favor le regrese a su hija esto con el fin, Deméter volviera a la tierra para que fuese otra vez fecundada. De allí pues La única condición que se puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó para que comiese seis (o cuatro, según las fuentes) semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones, Ascálafo contaba a los demás dioses que Perséfone se había comido voluntariamente las semillas de granada. Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de nuevo en un erial estéril. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos.
Es por esto por lo que la mitad del año, todo florece y llega la primavera, personificada en Perséfone, y la otra mitad, aquella en que vuelve al hogar de Hades, llega el frío, las lluvias y las nieves, ya que ella ha marchado y su madre la extraña y llora, regando los campos con nieve y hielo. Y así es como nosotros, los humanos, tan lejos de dioses, diosas y héroes, acabamos recibiendo las consecuencias de sus actos, siendo esta vez la secuencia de estaciones lo que nos llega de toda esta historia.
De esta manera, esta joven doncella queda marcada para toda su vida, todo por un capricho de un demente como lo fue Hades y quedo bautizada como la reina del inframundo.
Como dice Mauro Demonche,” La vida es una ilusión que el pensar me da tristeza, cuando se está más tranquilo llega la mala muerte y le da
Sorpresa